sábado, 16 de junio de 2012

En defensa de la Palabra


La política en tacones

Pilar Ramírez

En defensa de la palabra
Este 30 de mayo se cumplieron 28 años del asesinato de Don Manuel Buendía. El cobarde crimen contra el periodista en 1984 estremeció no sólo al gremio periodístico, sino a toda la sociedad mexicana. Don Manuel era entonces el columnista político más leído y no cabía duda que su muerte fue decidida para acallar su trabajo periodístico.
            Las violaciones a la libertad de expresión eran moneda corriente en la década de los ochenta, pero el hecho de que, quienes se sentían afectados por el ejercicio del periodismo crítico, hubieran tomado la determinación de pasar de la coerción y la amenaza al asesinato resultaba sumamente amenazante para todos los derechos humanos, no sólo para la libertad de expresión.
            El asesinato de Don Manuel Buendía, lejos de acallar a los periodistas convencidos de la necesidad de un periodismo libre para avanzar en la construcción de la democracia, les insufló persistencia en su convicción. Paulatinamente se produjeron cambios en la sociedad mexicana y en el periodismo, muchas taras permanecieron y otras se agigantaron, pero sin duda, el ejercicio periodístico en México cambió y se fueron logrando espacios de ejercicio libre. La sociedad cumplió un papel importante en ese proceso, pues los cambios en el periodismo se alimentaron de audiencias cada vez más exigentes e informadas, aunque ciertamente éstas no sean todavía legión.
La figura respetada de Don Manuel, víctima del poder a causa del ejercicio de su profesión, se convirtió en icono de la defensa de la libertad de expresión. Después de su muerte, en recuerdo del acto de solidaridad que un grupo de periodistas tuvo con Don Manuel cuando en 1979 recibió amenazas del entonces gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa, la Fundación Manuel Buendía realiza foros académicos o actos públicos denominados “En defensa de la palabra”.
Durante años parecía que “En defensa de la palabra” refrendaba la exigencia por ampliar los horizontes de la libertad de expresión, pero que en verdad, la época de las balas que “de vez cuando no respetan la credencial de un periodista” como decía Don Manuel, había quedado atrás. Los acontecimientos recientes ponen al día, como nunca antes, el grito para defender la palabra, porque el andamiaje sobre el que se construyó la esperanza de un ejercicio periodístico libre ha sido puesto en peligro.
El asesinato de la periodista de Proceso, Regina Martínez supone una amenaza al periodismo independiente no sólo de Veracruz sino de todo el país. Como en el caso de Don Manuel Buendía, la amenaza es tanto simbólica como real y por ello, hoy se requiere de nuevo la solidaridad del gremio y de la ciudadanía para rechazar que este grave retroceso para la libertad de expresión continúe. Los espacios ganados en materia de libertad de expresión y su contribución a la democracia fueron el resultado de una lucha constante y lamentables cuotas de sangre, como la de Manuel Buendía, por eso, hoy, cada periodista agredido o asesinado es una afrenta a los logros y los retrocesos son aún más desalentadores que la falta de avances de otros tiempos.
Manuel Buendía señalaba que el periodismo es una tarea de juventud, pero no se refería a una juventud cronológica sino al “interés en la vida y específicamente en los asuntos del país”. El periodismo como “una pequeña pero definitiva flama que convierte esa masa oscura e inerte en una magnífica bola de fuego”. Un periodismo que se ejerce con conocimiento, con información, con oficio, con buen manejo del lenguaje y con compromiso personal.
Es preciso restaurar de manera definitiva la confianza en que ese tipo de periodismo se puede ejercer sin temor y sin amenazas. También es necesario garantizar la libertad absoluta a las voces que analizan las repercusiones sociales que tienen las agresiones al ejercicio periodístico, desde el trabajo académico. Es el caso del Alberto Olvera Rivera, prestigiado investigador universitario veracruzano, quien ha recibido críticas, que por su orquestación llegan al asedio, por haber externado sus opiniones acerca del asesinato de Regina Martínez.
La restauración de la confianza ciudadana debe comenzar con un enfático pronunciamiento institucional sobre el respeto a las opiniones y al trabajo periodístico y académico. La figura de Don Manuel Buendía está hoy más presente que nunca porque las actuales circunstancias de nuestro país exigen un periodismo respetable y patriótico por el que él siempre se afanó, y ese periodismo, sin ninguna duda, defiende la palabra.

ramirez.pilar@gmail.com
Esta columna se publica semanalmente en los siguiente medios: Punto y Aparte, Crónica de Xalapa, Política al Día y Smblanza, SDP Noticiaspágina de la Revista Mexicana de Comunicación, Periodistas en Línea y Página del Premio Nacional de Periodismo.

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